¿Por qué le temen los gobiernos autoritarios a la libertad de expresión, en especial en internet?
Cuando un gobierno quiere controlar a su población, controla el acceso y uso de internet
La Resolución 68/167 de Naciones Unidas (https://undocs.org/en/A/RES/68/167) sobre privacidad en la era digital, hecha en 2013 tras las develaciones de Snowden sobre instrumentos de vigilancia masiva en entornos digitales, indicaba, entre otros aspectos:
4. Calls upon all States:
(…)
(c) To review their procedures, practices and legislation regarding the surveillance of communications, their interception and the collection of personal data, including mass surveillance, interception and collection, with a view to upholding the right to privacy by ensuring the full and effective implementation of all their obligations under international human rights law;
(d) To establish or maintain existing independent, effective domestic oversight mechanisms capable of ensuring transparency, as appropriate, and accountability for State surveillance of communications, their interception and the collection of personal data;
Era clara la intención de dicha Resolución de poner en cuestionamiento las acciones de vigilancia masiva por parte de los Estados contra su población o contra terceros, sea para obtener información en general o para utilizar dicha información para afectarles. Pero también es claro que los instrumentos de monitoreo masivo se utilizan para saber “que dice cada persona”, una intromisión en la libertad de expresión sea para evitar que su voz sea esparcida (con instrumentos de control previo y censura) o para acallarles después de ejercida la libertad de expresión (control de contenidos, bloqueo de acceso a información y acción contra quienes ejercen su derecho de libertad de expresión).
1984 (Orwell, 1949) es claro en mostrar como un gobierno autoritario busca acallar a los que piensen distinto, sea controlando lo que publicamente se dice (control de contenidos) o sea buscando acallar a los que que piensen diferente (censura previa). En ambos casos el final que se busca es mantener el poder, a toda costa, en deshumanizar a las personas y quitarles sus derechos esenciales, y más aún el de la libertad de expresión, derecho básico en una democracia.
Pero frente a las nuevas tecnologías, como el internet, con una capacidad de utilización por cualquier persona, en cualquier lugar, en cualquier momento, los instrumentos de control se vuelven más difíciles de establecer. Los caminos posibles de optar por un regimen autoritario sería controlar el acceso a internet a su población, la mejor vía un unico proveedor, de preferencia aliado del gobierno sino es que controlado por el mismo, que pueda bloquear el acceso a la población directamente a instrumentos de divulgación de contenidos, con ello afectas directamente la libertad de expresión de cualquiera. Pero aquí soluciones tecnológicas como VPNs o mecanismos de saltarse “los controles de telecomunicaciones” pasan a ser una solución para divulgar información. Aquí entonces empieza la parte normativa de bloquear el acceso a dichos instrumentos, declarándoles ilegales o que afectan la seguridad. (La larga discusión de como por seguridad se pierde libertad, pensandose equivocadamente que ceder un poco de libertad luego se pueda recuperar se puede ver en diversas análisis sobre la temática).
Pero puede haber un camino alterno, uno que busque mantener una apariencia de democracia y no vaya por el control del acceso, sino por crear normativa que amplie los mecanismos de sanción a contenidos en entornos digitales, utilizando las premisas de afectación a la seguridad nacional o a la tranquilidad pública o a la moral y las buenas costumbres. Es claro que la intención es acallar el ejercicio de la libertad de expresión de pensar distinto. Acallar a los que son voz de los que no tienen voz.
Con real motivo deben temer, los estados autoritarios, a la libertad de expresión, y mas aun en entornos digitales, en esencia por que ya no depende alta tecnología o equipos costosos, para que cualquiera pueda transmitir su pensamiento en texto, audio, video o en cualquier formato, alcanzando, a través de internet, a todo el mundo. Entonces, lo que ha hecho el internet, es fundamentalmente permitirle el ejercicio real de dicha libertad a todas las personas, sin distinción mas alla, de poder acceder a la red.
La información debe fluir, siempre. Y la libertad de expresión es un derecho humano, de todas las personas, todo el tiempo, en toda plataforma, siempre. La construcción de normativa no debe realizarse para afectar dichas libertades sino para fomentar un ejercicio pleno de dicha libertad.